Miren: ¡yo!

Mi foto
Escritora frustrada, espía no profesional, posiblemente acosadora de nacimiento y completa adicta a aparatejos electrónicos.

23.4.08

● ¿Precocidad amorosa? ●

Estaba pensando en todos esos "influyentes" comentarios que la gente se hace entre sí en esa "influyente" web de Hi5. Lo primero que me vino a la mente fue pensar lo patéticos que somos al tomar las cosas allí escritas tan en serio; ¿será que el destino de nuestros hijos es estar jodidos emocionalmente debido a la tecnología? No estoy muy segura. Lo segundo que pensé fue: "¡Dios mío! La gente ama demasiado". ¿A qué me refiero con esto? Meditemos:
¿Qué tan fácil es amar? ¡Sinceramente! Porque nos podemos encariñar, pero amar a alguien implica algo más que un poco de cariño o una atracción, ¿cierto? Debe conllevar respeto, sinceridad, comunicación, interés mutuo...Y claro, debemos ver los defectos del otro, pero aceptarlo a pesar de todo (algo que, según yo, es "amarse con los ojos abiertos").
Todo este choro previo es sólo para mostrar mi preocupación porque, al parecer, ahora nosotros amamos en exceso. ¿Qué, qué? Pongamos un lindo ejemplo: conocemos a una persona a la que NUNCA le hablamos, pero un día nos compra un taco (estúpido, pero sí pasa), y estamos tan emocionados por este hecho, que sin sentir siquiera algo, sólo gritamos un: "¡¡¡OH GRACIAS!!! ¡¡¡¡¡TE AMOOOO!!!!!"
¿Hasta qué punto será bueno amar a la gente? En teoría, el amor es el camino de la paz; ¿cómo podemos llegar al camino de la paz si decimos que amamos a la gente como se pueden repartir dulces en una fiesta? Eso no es amor, es hipocresía.
Estaremos destinados a una paz muy hipócrita, entonces.

14.4.08

Pasaba por aquí

Como la canción del buen Aute, el título de esta entrada va así.

Me percaté de que a este pobre blog lo tenía muy descuidado, y dije: "¡Rayos! Debería escribir más en él, ahora que lo pienso". Me convencí de escribir, y héme aquí de nuevo.
Prometo escribir más cosas, con mayor frecuencia y un mejor criterio cada día.

Por mientras, puedo declarar que sobreviví a un festival de rock,; que soy sobreviviente de un rudo slam de 8 horas; que grabé en audio el concierto de una de las bandas que más amo, y que ese audio lo manipulé de tal manera que ahora lo tengo cien por ciento grabado y cien por ciento separado en mi reproductor de mp4.

Son ese tipo de cosas (pequeñas o grandes, no importa) las que me hacen pensar que valen la pena los terribles dolores musculares y desveladas como éstas, donde puedo poner un pequeño pedazo de mi testimonio.

Volveré pronto, es una promesa.