Miren: ¡yo!

Mi foto
Escritora frustrada, espía no profesional, posiblemente acosadora de nacimiento y completa adicta a aparatejos electrónicos.

7.10.08

● Traumas inmediatos existenciales y conclusiones apresuradas ●

Hoy fue, en teoría, un día común y corriente. Entre las nuevas clases de mate, una asesoría un tanto innecesaria y una vejiga aterradoramente llena, mi gripa y mi humor empeoraban con el paso de los minutos. Como si cosas así no fueran suficiente, me puse a pensar en qué tanto obtengo por mérito propio y no por dramas y complicaciones con el profesorado. Sí, es toda una declaración a lo Rory Gilmore, pero después de dos que tres meditaciones hoy, me asustó la idea de que veinte lágrimas pueden más que mil horas de estudio. Necesito a alguien que me diga que esta idea es errónea, y lo necesito lo más pronto posible.
Hoy, en definitiva, mi inspiración es nula, y si como tanto nubarrón mental no bastara, empiezo a darme cuenta que el año que entra va a ser mucho peor.
Tengo que estudiar... Una se cansa de estudiar a ratos, ¿saben? Pero el orgullo va antes de mi felicidad. No es tan patético como suena, ja.

5.10.08

● Frustraciones temporales ●

Hoy me he levantado (con el pie contrario, demasiada sangre en el telediario...). El cielo estaba tan impresionantemente oscuro que pensé: "Ah, pues deben ser como las siete u ocho. ¡Perfectísimo! Así voy a acabar la tarea con calma y felicidad". Decidí ir a caminar un poco por la casa hasta toparme con mi amigo el reloj (adelantado quince minutos, por cierto), quien me anunció que ya faltaban como veinte minutos para las DIEZ. ¡¡¡Las diez de la mañana!!! ¡¡¡En domingo!!! ¡¡¡Cuando tengo demasiada tarea!!! ¡¡¡Son las diez y no he acabado nada!!!
Después de meditarlo, hice cuentas con un simple 40-15=25.
¡Cómo si las casi nueve y media me consolaran!
Lo mejor es que debería hacer lo de FCE, Francés, Química y etcétera en lugar de escribir aquí.

4.10.08

● Reflexiones 1●

Me había puesto a pensar (ahorita) acerca de un programa llamado Despistados, que la verdad era muy malo y zonzo, pero me fascinaba cuando yo empezaba la primaria. Resulta que alguna vez, la protagonista tenía un pánico impresionante a hacer su prueba de manejo para sacar el permiso, y la única persona con la que comentó eso fue con un profesor suyo, quien le dijo que esa prueba era una analogía de Don Quijote y sus molinos de viento. Al final, parecia que sí peló al profesor porque pasó muy bien su examen y derrotó a sus "molinos".

Al parecer, no fue sino hasta este adorable año que conocí lo que es tener que combatir contra algo que no me salió bien desde el principio. He intentado aceptar este reto con gracia y dignidad; con orgullo y esperanza; con un poco de decencia y diplomacia; pero lo único que me sale es dolor, frustración, muchas lagrimitas y un desprecio radical por el tema. Total, acabo de decidir que no importa cuánto me tome (que creo que no debe pasar del límite de un mes, jaja), pero yo voy a vencer todo ese trauma existencial que esta complicación me causa. He dicho.

¿Algo más? No voy a superar los recuerdos que tengo de hace un año, porque hay mil cosas que son dignas de recordar hoy y siempre. ¿Que quisiera regresar el tiempo para vivir todo otra vez? ¡Por supuesto que sí! Pero como no puedo, ni modo, seguiré adelante. Se los prometo a todos: no volveré a vertir lágrimas por algo que no sea desajuste hormonal y pelearé hasta el final.