● Post-TAEMUN 2009 ●

Ah, pues no creo que me quede mucho más que decir. La verdad es que para mí (hasta este punto, por lo menos) no existen palabras suficientemente precisas para describir toda la serie de emociones que pasé estos últimos tres bellísimos días: del estrés a la risa incontrolable; de la furia a la mayor gana de amar a todos; del coraje a la felicidad; y bueno, la lista seguiría extensamente de no ser porque no quiero dedicarme la entrada completa a describir TODAS las alteraciones somáticas en mi estado de ánimo, fueran éstas positivas o negativas; duraderas o pasajeras [definición cortesía de FCE].

¿Qué aprendí en TAEMUN 2009? ¡Mis conocimientos de la humanidad se expandieron de una forma impresionante que sólo puede brindar el constante contacto humano! Una lista de ejemplos:

1. Los niños tienen una ENORME capacidad de solucionar conflictos, pero nosotros, creyéndonos los seres más hábiles y sabios de la raza humana, llegamos a subestimarlos de una manera impresionante.
2. Las mejores cosas ocurren cuando no las planeamos. Y ciertamente hay decisiones que no descubrimos que son mejores que otras hasta que experimentamos las cosas en carne propia.
3. Maduré un poco, pero ese poco me impresionó de una manera radical. Descubrí que de verdad puedo aceptar las cosas con muchísima diplomacia y tranquilidad. Todo es cosa de tener un cierto orden (un tanto raro) de prioridades.

Creo que son las tres lecciones más importantes, las cuales pude afirmar enteramente hasta hace unas horas, cuando había acabado todo y yo ya estaba en mi casa (tirada y meditando en un sofá).

Sin más que decir, ¡gracias TAEMUN! Nunca olvidaré este año.