● Debería trabajar ●

Debería, pero en realidad preferí escribir un rato.

Pues veamos, hoy es uno de esos momentos en que me duele el cuerpo a más no poder (¡pero qué feliz seré el día en que mis caderas se muevan al compás de la banda sonora de Lilo y Stitch!) y estoy en mis momentos de complejos existenciales.

Empezando por esto último, ustedes podrán apreciar que realmente sólo faltan dos exámenes formales para acabar este enooorme periodo (de 5 exámenes, obvio...) y así pasar al mágico momento de las exenciones. Bueno, se supone que con eso de exentar todo yo ya podría conformarme, pero si eso pasara, sería otra persona muy diferente. A lo que quiero llegar con esto es que mi persona necesita sacar ese asquerosa y sensualmente excelente promedio para alcanzar ciertas metas que he trazado casi meticulosamente desde el momento en que puse un pie en esta secundaria de color durazno. En fin, para eso tengo que acabar Historia en estos momentos, levantarme muy temprano a estudiar Química y repasar la misma en el receso de 15 de mañana (cosa que creo que sí podré, yuppee por eso). ¡Ni quién me viera haciendo planes académicos en el único espacio que es sólo mío!
Y hablando de traumas existenciales, también están mis traumas de pensar por qué mi blog tiene un diseño tan aburrido. Sí, creo que es lo más estúpido que he pensado dentro de este complejo, ¡pero me ocurre muy a menudo y ni siquiera yo me explico por qué! Es una de esas raras compulsiones; es como por qué a Mónica le cansa que las camas estén mal tendidas o por qué a mi madre le desespera el minúsculo pedacillo de papel al viento que, careciendo de esto último, aterrizó por azares del destino en mi inocente alfombra.

Básicamente pasé para descargar mi furia de hoy, porque si siguiera con esto de los complejos, sospecho que entraría a un terreno tan peligroso que hasta una parte de mí se aterra un poco con tan sólo pensarlo (¡oh, terribles recuerdos de principios de año, váyanse, váyanse lejos y no regresen sin ser solicitados!'), así que mejor regreso a mis trabajos.

¡Por cierto, les recomiendo que chequen Detroit Metal City, ya sea en manga o en animé, porque de verdad se la rifan esos monigotes! Creo que sólo por ellos me volvería una otaku deathmetalera.

(Eso me recuerda que pronto (entiéndase por pronto el hecho de tener tiempo libre) haré una entrada para narrarles el épico fin de semana que tuve.)